Nació en Ciudad Guzmán, Jalisco; se integró a la lucha revolucionaria en 1914; fue jefe del Estado Mayor del general Manuel M. Diéguez; diputado al Congreso Constituyente de Querétaro de 1916-1917; jefe de Hacienda por el Estado de Jalisco en el gobierno del presidente Carranza.
La Constitución Política de 1917, que bajo la inspiración del primer jefe Venustiano Carranza se aprobó en Querétaro, tuvo como representante del distrito de Sayula, Jalisco, a un hijo de Zapotlán el Grande, don José Manzano Briseño, hombre de confianza del Gral. Manuel Macario Diéguez y persona que gozaba de gran prestigio en la región.
El acta de nacimiento civil nos revela que José Manzano Briseño fue registrado bajo el nombre de José Ynocencio Edelmiro Manzano, nacido el 28 de diciembre de 1887, a las diez de la mañana, dentro del Cuartel Primero de Ciudad Guzmán. Que sus padres fueron Don José Manzano y de Doña Carmen Briseño. Que sus abuelos fueron, por la línea paterna, Don José María Manzano y Doña Jesús Ornelas; y, por la línea materna, Don Esteban Briseño y Doña Dolores Martínez.
Por otro lado, la fe bautismal nos refriere que el acto religioso se llevó a cabo el 26 de enero de 1888, fungiendo como sus padrinos Don Porfirio de la Torre y Doña Luciana Aguilar.
La figura de este personaje está a la altura de los hombres más álgidos que con sus hechos han forjado nuestra Patria. Desempeñándose en varios importantes puestos de la entidad y la federación, en todos de manera muy sobresaliente.
Su carrera dentro de la política nacional la inicia desde muy joven, obteniendo su grado de Licenciado en Derecho en la ciudad de Guadalajara, logrando escalar rápidamente dentro de los escabrosos campos de la compleja estructura gubernamental que se vivía en aquellos años en México.
La familia Manzano, en Zapotlán el Grande, gozó durante muchos años del prestigio de ser uno de pertenecer al selecto grupo de élite social más importante, no únicamente de la localidad, sino de la región en general.
Se sabe que el abuelo de don José Manzano, don José María Manzano, fue un acaudalado hacendado quien, al contraer nupcias con la hija de otro rico hacendado (don Juan de Dios Ornelas, regidor de nuestro Ayuntamiento de 1833), logra acrecentar sobremanera su fortuna. Además, es mayordomo de las principales fiestas religiosas en honor a San José en 1844 y 1852. En la región existe la leyenda de que el Pedro Páramo de Juan Rulfo, no es otro más que José María Manzano, quien gozaba de la fama de ser el propietario de gran parte de las tierras del valle de Zapotlán y la zona transvolcánica.
Don José Manzano Ornelas, padre de nuestro ilustre personaje, también destacó dentro del campo de la política y la administración pública municipal de la localidad. Él fue Jefe Político de Zapotlán el Grande, hacia los años de 1891, 1892 y 1894. La familia Manzano, fue propietaria de las haciendas El Jazmín, San Nicolás y Santa Catarina; además, de haber sido propietarios del ahora ruinoso molino de “Las Peñas”. La bella casa-habitación que tenían aquí, en las afluencias de las calles Primero de Mayo y Negrete, ahora se encuentra mutilada y llena de comercios, y gran parte de las canteras que adornaban la hermosa finca en estilo francés, fueron recogidas de los escombros por don Esteban Cibrián, conservándolas hasta la fecha sus hijas.
José Manzano Briseño, independientemente de la fama que su familia logró concebir por su acaudalada fortuna, es un personaje que brilla con luz propia, y Zapotlán tendrá que reconocer su trascendencia histórica, así como ya lo ha hecho Zapopan (donde radicó los últimos años) imponiéndole a dos calles su glorioso nombre, perpetuando su memoria con algún monumento a su persona.
José Manzano Briseño, habrá de salir del olvido y tendrá que ser, ahora y para siempre, un Constitucionalista reconocido en su tierra natal.
Fallece en la ciudad de Guadalajara en 1972.
(CASTOLO, Fernando G.: Zapotlán, Ensayos de su historia, Archivo Histórico Municipal, Zapotlán El Grande, Jalisco, 2006, pp. 94-95)