Nació en Ciudad Guzmán, Jalisco, el 2 de septiembre de 1870. Estudió en el Seminario de su ciudad natal. Ordenado por el Arzobispo D. Pedro Loza y Pardavé. Fue director en Guadalajara de la Escuela de Instrucción Primaria y catedrático de Física, Química y Astronomía, además, de director de un Observatorio. De 1896 a 1897 profesor en el Seminario de Colima, donde dirigió el Observatorio Meteorológico y Vulcanográfico. Colaboró en el Boletín Especial del Observatorio Meteorológico Central de México, en el Boletín de la Secretaría de Fomento, en el Diario Oficial de México y en el Boletín Religioso de Colima. Presentó un estudio en el Congreso Internacional Geológico. De 1898 a 1914 enseñó Ciencias Físicas y Naturales en el Seminario de Guadalajara, que dirigió de 1904 a 1914. En la Exposición Regional de 1901, con motivo del Congreso de Americanistas, presentó su colección arqueológica y algunos aparatos científicos de su invención, recibiendo dos premios de primera clase y dos medallas de oro. En 1917 pasó a la capital mexicana a estudiar arqueología mexicana y lenguas indígenas. Fue profesor de la Dirección de Antropología y publicó una nueva teoría del vulcanismo y un nuevo evaporómetro. Las erupciones del Volcán de Colima, Catálogo de las erupciones antiguas del Volcán de Colima, son algunos de sus trabajos. Tradujo al español “cuentos en mexicano” compilados por Franz Boas. En premio a los servicios científicos aportados y por su larga vida dedicada al magisterio el padre Arreola fue pensionado por la Universidad de Guadalajara el año de 1949.
En Zapotlán, conocemos una de sus grandes obras escritas Nombres indígenas de lugares del Estado de Jalisco, publicado en 1935, en Guadalajara, dentro del Boletín no. IV de la Junta Auxiliar Jalisciense de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, a la que perteneció desde 1916, año en que se integró como miembro.
Después de haber contribuido amplia y eficazmente al desarrollo y enseñanza de la ciencia, con investigaciones sobre astronomía, volcanismo y filología, pasó a mejor vida en la ciudad de Guadalajara el 28 de noviembre de 1961 este sabio jalisciense honra de su Estado y de su patria.
En el año de 1970, el Grupo Cultural “José Clemente Orozco”, entregó Presea de Reconocimiento a este ilustre científico, de manera póstuma, recibiendo el mismo su hermano, el Sr. Felipe Arreola.
(MATA Torres, Ramón: Personajes Ilustres de Jalisco, Cámara
Nacional de Comercio de Guadalajara, Guadalajara, Jal., diciembre de 1987, pp. 215).