(Ciudad Guzmán, 1872 - Ciudad de México, 1947) Cineasta mexicano, pionero y el auténtico introductor del cine en México. Toscano cursó estudios de ciencias y se graduó como ingeniero civil. A través de La Nature, una revista francesa, tuvo conocimiento del descubrimiento que habían realizado y estaban perfeccionando los hermanos Lumière, y, a sus veinticuatro años, en 1896 (fecha que podría considerarse como el inicio de la historia del cine mexicano), importó, aunque pagándolos a plazos, los primeros aparatos cinematográficos (proyector y tomador de vistas) que llegaron a México.
Los principales temas rodados en los primeros pasos de la cinematografía nacional fueron por lo general imágenes de actualidad y reportajes que constituían una suerte de primitivos noticiarios filmados. En 1898 abrió la primera sala pública para la exhibición de películas, el Cinematógrafo Lumière, instalado en la calle Jesús María de Ciudad de México. En ella, Salvador Toscano Barragán proyectó cortometrajes de los Lumière, con acompañamiento musical proporcionado por un fonógrafo Edison y, más tarde, tuvo también acceso al sorprendente material del realizador George Méliès (que había imaginado y puesto en práctica numerosos trucajes, patentes en Viaje a la Luna o La conquista del Polo, con los que dio nacimiento a lo que hoy llamamos cine fantástico). Constituyó, casi simultáneamente, su propio equipo y lo movilizó por diferentes estados de la República.
Puesto que los aparatos e instrumentos que había adquirido le daban la posibilidad de proyectar, filmar y realizar también el tiraje de copias, no tardó en poseer su propio material documental: llegada de trenes, desfiles y actos oficiales, etc.; las imágenes de los hechos más significativos, en su opinión, del acontecer nacional, como, por ejemplo, Guanajuato destruida (por un terremoto, de insospechado realismo), Carreras de caballos (donde en algunas de las imágenes se muestra al presidente Porfirio Díaz en el Hipódromo de la Condesa), Carreras de coches o La villa de Guadalupe. Además, exhibió numerosos documentales referentes a la actualidad internacional de su tiempo, como Alfonso XIII en París, Gran incendio en Denver, Huelga de los trabajadores rusos, La Revolución en Rusia, La Conferencia de paz en Portsmouth y La Guerra de Transvaal.
En 1898, recién adquirida la última novedad de la época en proyectores (el biograph, descubierto en uno de sus múltiples viajes a París para comprar película), Salvador Toscano se planteó la posibilidad de producir una película con argumento y optó, para llevar a cabo su proyecto, por el clásico Don Juan Tenorio, basada en la obra homónima del escritor romántico español José Zorrilla y protagonizada por el entonces popular actor Paco Gavilanes. A partir de este momento, alentado por el éxito de lo que puede considerarse la primera película genuinamente mexicana, Salvador Toscano combinó su actividad de exhibidor (al abrir una nueva sala de cine, el Salón Rojo, en Ciudad de México) con la del director cinematográfico que maneja él mismo su cámara.
(Página electrónica: www.biografiasyvida.com/biografia/t/toscano.htm)